Bullying at School (en español) | Facing History & Ourselves
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Bullying at School (en español)

Learn about some responses to school bullying and reflect on the power students have to make positive changes in their own school communities. This resource is in Spanish.  
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This resource is intended for educators in the United States who are applying Spanish-language resources in the classroom.

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Spanish
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Asunto

  • Civics & Citizenship
  • Social Studies
  • Human & Civil Rights
  • The Holocaust

Acoso escolar

Un incidente de acoso en la escuela es a menudo la primera vez que un adolescente se enfrenta a la decisión de ser un defensor o un espectador. En un mundo lleno de injusticia, sufrimiento y otros problemas sociales, la elección de participar puede originarse realmente muy cerca de casa.

Las siguientes historias ponen de relieve la facultad de los estudiantes para lograr un cambio positivo emprendiendo acciones aparentemente pequeñas en respuesta al acoso en sus propias comunidades escolares.

En Canadá, dos estudiantes respondieron así cuando se burlaron de un compañero de clase por lo que llevaba puesto:

Dos estudiantes de Nueva Escocia están siendo elogiados en toda Norteamérica por la forma en que dieron la vuelta a la tortilla contra los acosadores que se metían con un compañero por ir vestido de rosa.

La víctima —un chico de 9.º grado de la Secundaria Rural Central Kings de la pequeña comunidad de Cambridge— llevaba un polo rosa en su primer día de escuela.

Los acosadores hostigaron al chico, le llamaron homosexual por vestir de rosa y le amenazaron con darle una paliza, dijeron los estudiantes. 

Dos alumnos de 12.º grado —David Shepherd y Travis Price— se enteraron de la noticia y decidieron pasar a la acción.

“Pensé que ya era suficiente”, dijo Shepherd.

Fueron a una tienda de descuento cercana y compraron 50 camisetas rosas, incluidas camisetas de tirantes, para llevarlas a la escuela al día siguiente.

A continuación, los dos enviaron correos electrónicos a sus compañeros de clase para que se sumaran a su causa contra el acoso escolar, que ellos bautizaron como un “mar de rosa”. 

Al día siguiente llegó un tsunami de apoyo. 

No solo docenas de estudiantes se vistieron con las camisetas rebajadas, sino que cientos de estudiantes se presentaron con su propia ropa rosa, algunos de la cabeza a los pies.

Cuando el estudiante acosado, que nunca ha sido identificado, entró en la escuela y vio a sus compañeros ataviados de rosa, algunos de sus compañeros de clase dijeron que fue un momento impactante. Puede que incluso se sonrojara un poco.

“Definitivamente parecía que se había quitado un gran peso de encima. Pasó de parecer muy deprimido a estar de lo más feliz”, dijo Shepherd.

Y desde entonces no ha habido ni pío de los acosadores, lo que, según Shepherd, demuestra lo que puede hacer un poco de activismo.

“Si puedes conseguir que más gente se oponga a ellos . . . para demostrar que no vamos a soportarlo y que nos apoyamos mutuamente, entonces no son un grupo tan grande como ellos creen que son”, dijo. 1

En la Secundaria Orange de Pepper Pike, Ohio, los estudiantes respondieron de una forma diferente cuando fueron testigos del acoso en su centro. Empezaron por intentar saber más sobre dónde se producía el acoso. Tras encuestar a sus compañeros de clase sobre los lugares en los que habían sido testigos de acoso, los estudiantes crearon mapas que mostraban dónde se producían habitualmente los incidentes de acoso. Los “puntos calientes del acoso” incluían la cafetería, el laboratorio de medios de comunicación y los vestuarios. 

Explicando la motivación del proyecto, un estudiante dijo: “Queríamos difundir la conciencia porque la gente necesita saber lo que es el acoso. La gente necesita saber que existe en nuestra escuela. Creo que abordarlo, definirlo y difundir la conciencia de que existe es el primer paso para prevenirlo y combatirlo”. 2

Como algunos de los actos de acoso habían sido más bien sutiles, algunos estudiantes no los reconocieron o se sintieron inseguros a la hora de calificarlos de acoso. Para abordar este problema, los líderes estudiantiles crearon una demostración de “congelación instantánea” para dramatizar el aspecto que tiene el acoso, de modo que otros estudiantes pudieran reconocerlo y denunciarlo más fácilmente. La demostración mostraba a estudiantes congelados en plena acción, representando un incidente de acoso. A continuación, otros alumnos de la demostración nombraban las acciones, utilizando palabras como acoso físico, verbal, exclusión, y ciberacoso. El mapa de los “puntos calientes” del acoso y las demostraciones abrieron una conversación más amplia sobre cómo crear una escuela más segura e hicieron que a algunos estudiantes les resultara más difícil ignorar el acoso cuando lo veían producirse.

Un estudiante habló de cómo el proyecto afectó a sus elecciones futuras:

Se burlaban de mí por mi nombre porque no sonaba americano, así que era muy callado. Nunca hablé en la escuela porque tenía miedo de que se burlaran de mí. Y cuando no hablas, no haces amigos. Es una reacción en cadena. Cada vez va a peor. Pierdes la confianza en ti mismo. No quieres hablar con nadie. Así que supongo que hacer este proyecto realmente ayuda. Cada vez que veo que acosan a alguien, intervengo. No importa la edad que tengan, si los conozco o no, no importa. Porque solo pienso en lo mucho que me hubiera gustado que alguien interviniera cuando a mí me acosaban. 3

Preguntas de contexto

  1. Los expertos afirman que el acoso tiene dos características fundamentales: la repetición de actos dañinos y un desequilibrio de poder entre el perpetrador y la víctima. La periodista especializada en educación Kim Zarzour explica: “Si implica intentos repetidos y malintencionados de humillar a una víctima indefensa, si la víctima tiene miedo y no sabe cómo hacer que pare, entonces es acoso”.  ¿Está de acuerdo con esta definición? ¿Cómo define usted el acoso? ¿Qué tipo de palabras y acciones podrían incluirse en su definición? ¿En qué se diferencia el acoso en línea del acoso en persona?
  2. ¿Cómo respondieron al acoso los alumnos de la Secundaria Rural Central Kings y de la Secundaria Orange? ¿Qué tenían en común sus respuestas? ¿En qué se diferenciaron? ¿Cómo podrían haber afectado estas respuestas a las víctimas del acoso? ¿Cómo podrían haber afectado a los perpetradores del acoso o a los estudiantes que fueron espectadores silenciosos? 
  3. A menudo, ofrecer ánimos sencillos e inmediatos a las personas que acaban de ser acosadas puede marcar una gran diferencia. La psicóloga Elizabeth Englander señala que las víctimas de acoso dicen sistemáticamente a los investigadores que este tipo de comportamiento defensor es una de las respuestas más útiles:
    Lo que más ayudó fue tener a alguien que se les acercara y les dijera: “No le hagas caso, habla así a todo el mundo. No tienes nada de malo. ¿Por qué no vienes a comer a mi mesa? No te preocupes por eso”.
    ¿Por qué cree que los pequeños y sencillos gestos de amabilidad pueden suponer una gran diferencia para las víctimas del acoso? ¿Qué otras acciones pueden llevar a cabo los compañeros para ser defensores en contra del acoso?
  4. ¿El acoso es un comportamiento aceptado en su escuela? ¿Ser un defensor es un comportamiento aceptado? ¿Qué medidas puede adoptar una comunidad para cambiar sus normas sociales (el comportamiento y el lenguaje que una comunidad considera aceptables)?
  5. ¿Qué estrategias utiliza su escuela para hacer frente al acoso? ¿Qué estrategias son más eficaces? ¿Cuáles son las menos eficaces? ¿Qué hace usted en su escuela para ayudar a combatir el acoso? ¿En qué áreas necesita más apoyo de sus compañeros, maestros, padres o administradores?
  6. Cuando los supervivientes del Holocausto hablan a los jóvenes en las escuelas, a menudo les animan a enfrentarse al acoso. Lisl Bogart dijo a los estudiantes: “Quiero pedirles hoy que sean defensores y no espectadores. Cuando vean que se meten con otro estudiante por ser diferente, defiéndanlo”.  ¿Por qué podrían los supervivientes del Holocausto establecer una conexión entre sus propias historias personales y la importancia de enfrentarse al acoso?

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Most teachers are willing to tackle the difficult topics, but we need the tools.
— Gabriela Calderon-Espinal, Bay Shore, NY