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Refusing to Pledge Allegiance (en español)

Read about two men's refusals to pledge their allegiance to the Nazis and the consequences they faced.
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Spanish
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Asunto

  • History
  • The Holocaust

Rehusándose a Jurar Lealtad

El padre de Joachim Fest, católico devoto y rector de una escuela primaria, se rehusó a mostrar lealtad a los nazis, incluso después de la nueva ley para “restituir” el servicio civil. Siguió activo en el Partido de Centro católico y en la Reichsbanner (un grupo a favor de la democracia). Fest describe las consecuencias que su padre, servidor público debido a que trabajaba en una escuela, enfrentó por rehusarse a mostrar lealtad:

El 20 de abril de 1933, mi padre fue citado en el ayuntamiento de Lichtenberg… e informado por Volz, el comisario estatal encargado de ejercer como alcalde del distrito, que estaba suspendido del servicio público, con efecto inmediato. Cuando mi padre preguntó de qué lo acusaban, el funcionario respondió al estilo militar: “¡Se le informará a su debido tiempo!”. Pero mi padre objetó que era un servidor público, ante lo cual Volz replicó: “Eso puede decírselo a nuestro Führer. Él estará bastante impresionado”…

Cuando se dirigía a la salida, de repente el edificio que conocía tan bien parecía extraño. Tuvo la misma sensación con el personal, algunos a quienes conocía hacía años; de repente, uno tras otro, evitaban mirarlo a los ojos. En su escuela, a la cual se dirigió de inmediato, fue igual, incluso en su oficina, todo, desde los muebles hasta el material de oficina parecía haber sido reemplazado. La primera persona con la que se encontró fue con su colega Markwitz, quien claramente ya había sido informado al respecto. “¡Fest, viejo!” dijo, después de que mi padre ofreciera algunas palabras para explicar. “¿Tenía que ser así?”. Y cuando mi padre respondió: “¡Sí, tenía que ser así!”, Markwitz objetó: “No, ¡no me diga eso! Es algo que aprendí muy pronto: ¡no hay ninguna "obligación" cuando se trata de estupidez!”.

El 22 de abril… citaron a mi padre nuevamente. Estando sentado y sin ofrecerle a mi padre una silla, el alcalde provisional, leyó un texto elaborado previamente, notificándole de manera oficial que sería relevado de sus funciones como rector de la Vigésima Escuela Primaria y estaba suspendido hasta nuevo aviso. La justificación de la suspensión era su alto cargo en el Partido [de Centro católico] y en la Reichsbanner [un grupo a favor de la democracia fundado durante los años de la República de Weimar], así como sus “discursos públicos denigrando al Führer y a otros Nacionalsocialistas de alto rango”… En esas circunstancias, ya no había ninguna garantía de que él “apoyara en todo momento y sin reservas al estado nacional”, como mandaba la ley… Mientras decía estas cortantes palabras, siguió pasando las hojas del expediente de mi padre y una de las hojas cayó al suelo; claramente sin intención, pensó mi padre. Volz claramente esperaba que mi padre la recogiera. Sin embargo, mi padre permaneció en su sitio, como más adelante informó; en ningún momento consideró arrodillarse frente al alcalde.

Volz continuó en un tono más cortante. Además de ser suspendido sumariamente, se le exigió que, en un plazo de dos días, le entregara de manera oficial el cargo de la escuela a su sucesor, Markwitz. Se le informarían los detalles por escrito. Con un gesto que en parte era un despido, en parte ahuyentándolo hacia la puerta, el alcalde provisional añadió que, por el momento, a mi padre no se le permitiría ocupar ningún empleo. Todo procedía de acuerdo con el plan, dijo mi padre, cuando vino a conversar sobre lo ocurrido. 1

Ricarda Huch, poeta y escritora de 70 años, también se rehusó a jurarle lealtad a Hitler. Renunció a la prestigiosa Academia de las Artes de Prusia con esta carta:

Heidelberg, 9 de abril de 1933

Estimado Presidente von Schillings:

Permítame, en primer lugar, agradecerle el caluroso interés que ha mostrado para que permanezca en la Academia. Le ruego que comprenda por qué no puedo cumplir su deseo. Que los sentimientos de un alemán son alemanes, creería que es simplemente obvio, pero la definición de lo que es ser alemán, y lo que significa actuar como alemán, es en lo que nuestras opiniones difieren. Lo que el gobierno actual prescribe mediante convicciones patrióticas no es mi forma de ser una alemana. La centralización, el uso de la coacción, los métodos brutales, la difamación de aquellos que tienen convicciones distintas y el presuntuoso autoelogio son asuntos que considero desastrosos y no propios de los alemanes. Considerando la discrepancia entre mi opinión y la ordenada por el estado, no veo posible permanecer en una Academia que hace parte del mismo. Usted dice que la declaración que me envía la Academia no me impediría la libre expresión de mis opiniones, pero “la colaboración leal, en el espíritu de la situación histórica distinta, en asuntos que afectan las tareas culturales y nacionales que caen dentro de la jurisdicción de la Academia” exige estar de acuerdo con el programa de gobierno que, en mi caso, no se cumple. Además, no encontraría un periódico o revista que imprimiera una opinión opuesta. Por tanto, el derecho a la libre expresión de la opinión permanecería en el terreno teórico…

Por la presente renuncio a la Academia.

S. Ricarda Huch 2

  • 1Joachim Fest, Not I: Memoirs of a German Childhood, trans. Martin Chalmers (New York: Other Press, 2006), 46–48. Reprinted by permission from Other Press, LLC, and Atlantic Books, UK.
  • 2 Ricarda Huch, “‘Not My Kind of Germanism’: A Resignation from the Academy,” in The Nazi Years: A Documentary History, ed. Joachim Remak (Prospect Heights, IL: Waveland Press, 1969), 162.

How to Cite This Reading

Facing History & Ourselves, "Refusing to Pledge Allegiance (En Español)," last updated March 12, 2018.

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— Claudia Bautista, Santa Monica, Calif