Anti-Judaism before the Enlightenment (en español) | Facing History & Ourselves
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Anti-Judaism before the Enlightenment (en español)

Deepen your understanding of the history of antisemitism with this overview of the persecution, violence, and restrictions Jews throughout Europe faced during the Middle Ages. This resource is in Spanish.  
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This resource is intended for educators in the United States who are applying Spanish-language resources in the classroom.

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Spanish
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Asunto

  • Civics & Citizenship
  • History
  • Social Studies
  • The Holocaust
  • Human & Civil Rights

The Ancient Roots of Anti-Judaism

Scholars trace anti-Jewish myths, hatred, and violence back to the time of the Roman Empire in this historical overview of anti-Judaism’s roots.

El antijudaísmo antes de la Ilustració

A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, los judíos estadounidenses y franceses se sentían vulnerables mientras sus países debatían sobre su lealtad. A mediados del siglo XIX, los alemanes discutían sobre si los judíos podían o no pertenecer a la nación alemana. Todos estos debates se vieron influidos por cientos de años de prejuicios, odio y violencia hacia los judíos.

Persecución de los judíos durante la peste

Persecución de los judíos durante la peste

En gran parte de Europa durante la Edad Media, los cristianos culpaban a los judíos de la peste. En muchas ciudades, los funcionarios arrestaron a los judíos, confiscaron sus propiedades y los quemaron en la hoguera.

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El judaísmo, una fe religiosa que existe desde hace más de 3,000 años, es la religión monoteísta más antigua. Durante buena parte de la historia de la fe, los judíos vivieron en territorios gobernados por otros grupos. A menudo se les trataba como “el Otro” y se les convertía en chivos expiatorios de las calamidades y desgracias que sufrían las sociedades en las que vivían. A lo largo de la historia han existido continuos rumores, mentiras, mitos y desinformación sobre los judíos, y muchos de ellos persisten en el mundo contemporáneo. Este odio a menudo ha llevado a la violencia.

Los historiadores han rastreado los mitos antijudíos, el odio y la violencia hasta hace más de 2,000 años, en la época del Imperio romano. Las tensiones con los romanos llevaron a los judíos de Palestina a rebelarse en el año 66 d. C. Los romanos respondieron con violencia. La historiadora Doris Bergen lo explica:

A las autoridades romanas les preocupaba que la negativa judía a rendir culto a los dioses locales e imperiales pusiera en peligro la seguridad del Estado. En ocasiones, ese malestar, unido a los conflictos políticos, se convirtió en persecuciones y ataques abiertos. En el año 70 d. C. los romanos destruyeron el templo judío de Jerusalén, el punto central de la vida judía hasta entonces; sesenta años más tarde dispersaron a los judíos de Palestina, esparciéndolos lejos de la región que había sido su hogar.

Durante este mismo periodo, una nueva fe nació del judaísmo y comenzó a extenderse por todo el Imperio romano. Continúa Bergen:

El auge del cristianismo añadió nuevo combustible a los sentimientos antijudíos. El cristianismo surgió del judaísmo: el propio Jesús era judío, al igual que los apóstoles y figuras importantes como Pablo de Tarso. Sin embargo, los primeros cristianos intentaron separarse de los demás judíos, tanto para ganar adeptos del mundo gentil (no judío) como para ganarse el favor de las autoridades imperiales romanas. Algunos de los primeros cristianos también hicieron hincapié en su lealtad al Estado señalando que el Reino de Dios no era de esta tierra y, por tanto, no competía con Roma. Tales esfuerzos dieron sus frutos; en menos de cuatrocientos años, el cristianismo pasó de ser una rama perseguida del judaísmo a ser la religión dominante del Imperio romano. Es significativo que algunos relatos de los primeros cristianos culparan a los judíos de la muerte de Jesús, a pesar de que la crucifixión era una forma de castigo específicamente romana que se practicaba habitualmente en la época de Jesús. La versión de los hechos en la que las turbas judías exigían la muerte de Jesús mientras el gobernador romano Poncio Pilato se lavaba las manos permitió a los cristianos posteriores subrayar su diferencia con el judaísmo y restar importancia a la hostilidad que las autoridades romanas habían mostrado hacia el cristianismo en sus primeras etapas. Todas las falsas acusaciones contra los judíos asociadas al periodo imperial romano —que los judíos eran traidores y conspiradores, que mataron a Cristo— siguieron siendo familiares en Europa hasta el siglo XX.

En muchos sentidos, la Edad Media —entre los siglos IX y XVI— fue una época difícil para los judíos en Europa. A menudo, las cruzadas contra los musulmanes y los herejes cristianos comenzaban o terminaban con ataques violentos contra los judíos. Tales ataques, conocidos como pogromos, eran también respuestas comunes a los brotes de peste u otros desastres. Por ejemplo, en muchas partes de Europa, la peste negra de 1348 desencadenó pogromos brutales, ya que los cristianos culparon a los judíos de ser los causantes de alguna manera de la epidemia de peste bubónica. Movilizadas por tales acusaciones, las turbas cristianas —a veces de forma espontánea, a veces instadas por los líderes estatales y eclesiásticos— atacaron hogares y comunidades judías, saqueando, destruyendo y matando. La escala de los pogromos varió enormemente, desde breves incidentes locales hasta masacres de una semana que arrasaron regiones enteras. A su paso dejaron entre los cristianos la costumbre de utilizar a los judíos como chivos expiatorios, y entre los judíos, un sentimiento de vulnerabilidad y un repertorio de defensas, como pagar dinero por protección, mantenerse unidos y pasar desapercibidos.

Además de esporádicas oleadas de violencia, los judíos se enfrentaron a hostigamiento y restricciones de diversa índole por parte de los gobiernos de toda Europa. En algunos casos, las normativas obligaban a los judíos a vivir en determinadas zonas o guetos; a veces se les exigía llevar distintivos identificativos; en otros, las autoridades estatales expulsaban a los judíos de sus territorios por completo. En 1492, por ejemplo, el rey Fernando y la reina Isabel de España expulsaron a todos los judíos y musulmanes de la Península Ibérica excepto a aquellos que accedieran a convertirse al cristianismo. A lo largo de la Edad Media, los judíos de toda Europa se enfrentaron a limitaciones en las ocupaciones a las que podían dedicarse, así como en el tipo de propiedades y títulos que podían poseer.

Algunos líderes eclesiásticos y gobernantes seculares intentaron convencer o coaccionar a los judíos para que abandonaran su religión y se convirtieran al cristianismo. Pero ni siquiera la conversión resolvió necesariamente los problemas de intolerancia. Los conversos del judaísmo al cristianismo en la España del siglo XVI se encontraron con que seguían siendo vistos con profunda suspicacia y considerados de algún modo manchados por la supuesta “sangre judía”. . .

La Reforma protestante no mejoró la suerte de los judíos europeos. Al principio, su líder, el monje alemán Martín Lutero, esperaba que su ruptura con lo que consideraba la corrupta Iglesia de Roma inspiraría conversiones masivas de judíos al cristianismo. Cuando no se produjo la oleada de bautismos prevista, Lutero se volvió contra los judíos, a los que tachó de testarudos y duros de cerviz. En 1542 escribió un panfleto titulado Contra los judíos y sus mentiras. Ese tratado, con su despiadada caracterización de los judíos como parásitos y sus llamamientos a “prender fuego a sus sinagogas y escuelas”, sería más tarde ampliamente citado en la Alemania de Hitler. Otras imágenes medievales —la asociación de los judíos con el diablo; las acusaciones de que los judíos utilizaban la sangre de niños cristianos con fines rituales— también sobrevivieron hasta la era moderna. . . 1

Preguntas de contexto

  1. Dibuje una cronología que documente los principales acontecimientos que Doris Bergen describe en su resumen del antijudaísmo. ¿Qué partes de esta historia le resultan desconocidas?

  2. ¿En qué se basaban los romanos para considerar a los judíos una amenaza, o “el Otro”

  3. En las primeras décadas tras la muerte de Jesús, ¿por qué intentaron los cristianos separarse de los demás judíos? ¿Cuáles fueron las consecuencias para la población judía? ¿Cómo puede la definición de “el Otro” ayudar a un grupo a reforzar su propia identidad?

  4. ¿Qué es un chivo expiatorio? ¿Qué propósito tienen los chivos expiatorios para las comunidades que han sufrido algún tipo de desgracia? ¿Para qué acontecimientos los cristianos utilizaron a los judíos como chivos expiatorios en la Edad Media?

  5. Bergen nos cuenta que en el siglo XVI se empezó a considerar a los judíos como manchados por la “sangre judía” y a verlos como una raza aparte. ¿Por qué resultó tan significativa esta falsa idea de una diferencia biológica?

  6. ¿Por qué es importante la historia del antijudaísmo anterior a la Ilustración? ¿Qué relevancia tiene esta historia para el mundo actual?
     

  • 1 Doris L. Bergen, War and Genocide: A Concise History of the Holocaust (Lanham, MD: Rowman & Littlefield, 2003), 4–6. Reproducido con permiso de Rowman & Littlefield Publishing Group.

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— Claudia Bautista, Santa Monica, Calif